La segunda caída de un ángel en tan poco tiempo y prácticamente en el mismo
lugar, ha causado un menudo escándalo en los rumbos de Montecillo de Nieto.
Como fielmente fue reportado en el número 65 de Perfiles de San Miguel, hace
poco más de seis meses, un ángel -al parecer joven y atrabancado- había caído a
un lado del río averiándose el ala. Cómo podrá constatarlo el lector todo esto no
es cosa menor, ni normal, afortunadamente se supo de inmediato que este
segundo ángel es bueno, al igual que el anterior, no de aquellos que antes de los
orígenes del tiempo se les ocurría caerse para revelarse a su señor, nada más y
nada menos que a Dios, que con este tipo de caídas pasaron de ser ángeles
buenos a malos, es decir, diablos o luciferes de luz y conocimiento o de esos que
vienen de Diabulus, día, de dos y de bocado, flujo descendente que nos pretende
llevar hacia abajo por medio de sus poderes que son sutiles en su naturaleza, de
experiencia ancestral y doblemente perversos al conocer y utilizar las revelaciones
de los espíritus buenos. Bueno, pues no, afortunadamente el ángel que cayó es un
ángel bueno, al parecer de esos que se la pasan volando allá por arriba de las
nubes y teniendo muy poco contacto con nosotros, de ahí su asombro. Bajó en
cámara lenta como un globo, al parecer es un ángel de gas y humo o algo
parecido, se expandía y comprimía a su conveniencia. Cayó lentamente sobre el
lecho del río Laja y ahí permaneció adolorido como una mancha extensa de
neblina sobre la superficie de blancos brillos. Después de extenderse al máximo
con la caída, poco a poco se fue comprimiendo y encontró refugio en el hueco de
un tronco viejo tendido sobre la arena. Luego de algunas horas, envuelto en el
silencio se presentó un fuerte resoplido y como si fuese una bomba de compresión
el ángel se lanzó a la transparencia del aire y retomó el vuelo ante el asombro de
los curiosos y constricción de los creyentes.

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Con la desconfianza natural de algunos lugareños, primero se pensó que nada
bueno se puede esperar de la caída de ángeles en los alrededores, sean buenos o
como sean, mismo si pudiese explicar claramente la razón de todo ello y no
dejarlo a la creencia de que el primero fue un ángel atrabancado y el segundo
distraído. Los servicios de inteligencia internacionales se han negado a hablar del
tema, pero se supo que aviones de espionaje norteamericanos han recorrido el
espacio aéreo a fin de encontrar las causas de las caídas angelicales, dos caídas
en tan poco tiempo y en la misma zona, son demasiadas caídas, dijo un portavoz
que solicitó el anonimato. Se supo también que científicos de la NASA y de la
Agencia de Energía Atómica han venido -en misión secreta y clasificada- a
recoger muestras del sitio y hacer mediciones de radioactividad. Los llamados
“halcones” en los grandes centros del poder terrenal son escépticos y reservados,
se sabe que trabajan estrategias de intervención directa y ataque frontal al
enemigo, no vaya siendo que sea el mismo Maligno quien esté enseñándoles a los
ángeles buenos a caerse constantemente a fin de luego caerse de una mala
manera (ver cita del Diablo al inicio de la nota).

En otros frentes, se supo también que después de darse la noticia del segundo
ángel caído, importantes inversionistas (entre ellos los más ricos del mundo) se
encuentran dispuestos a apoyar investigaciones que le permitan a la ciencia
explicar y decodificar la naturaleza angelical a fin de recrearla artificialmente.

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