Después de 40 años de habernos conocido restablecimos contacto los compañeros de la universidad.
Primer mail
Revisando la correspondencia atrasada, me encontré con una cadena de mails que narran el origen de esta explosión, el buen Rol escribe sobre la muerte de Nacho y Miguel Ángel –luego se le sumará la muerte de Santos- y en la soledad de la existencia nos invita a compartirnos, motivos sobran, como el esperma que busca desesperadamente de una manera intuitiva al óvulo.
Luego se presenta la invitación a re-presentarnos después de casi cuatro décadas en que muchos no han sabido nada de los otros. No sé si todos lo hicieron, me integré tarde al grupo, como curiosamente lo fue al inicio de clases en 1969 (recuerdo que otros que llegaron tarde fueron A. Flores y Miguel Ángel, luego J. Vandusen).
Permítanme platicarles la síntesis de mi vida y exponerla en la confianza de cinco años de amistad universitaria (mi analista aprueba de una manera entusiasta el valor de abrir la puerta de mi pasado y mirarme al espejo). “Todo tiene un significado trascendente, habrá tan solo que develarlo con humildad al interior de uno mismo” Majarishi Yogaineme.
Nos dejamos sin despidos, el vértigo me llevó a Francia con tal rapidez y premura que la primera palabra que aprendí fue toilette. Estudié el parisino de la calle y entablé amistad con inmigrados africanos, principalmente de la Costa de Marfil y del Gabón. Tuve intensas relaciones interraciales para luego conocer a Sherezada, así se llama o llamaba una hermosa mujer del Irán que me embrujó hasta llevarme a la locura y me arrastró hasta Teherán en el momento en que llegaba el Ayatola Komeini, la revolución incendió la relación, la familia de Sherezada estaba con el Sha y mi naqués asustó a los ilustres. Me encontré cerca del abismo al ver que la revolución y su familia se llevaban a mi amada, afortunadamente para todos, conocí a Astana, mi actual mujer, ella es de Kazajistán, ustedes saben, una de esas repúblicas relativamente nuevas de moda por allá. Vivimos unos años en la capital -no les pongo el nombre por algún propósito- Nos casamos después de convertirme al Corán (chiita, de los buenos, NO FUNDAMENTALISTA). La familia de Astana resultó ser de dinero -con intereses en el petróleo-, con el matrimonio me dieron prácticamente su peso en oro (ella pesa actualmente cerca de los 140 kilos) y nos mandó su familia a vivir a Dubai donde atendí, o al menos traté de atender, la oficina del suegro, el buen Omar.
Todo iba bien, hasta que un sábado asoleado (parecido al del final del Extranjero de Camus) en el mercado tomé unas frutas y esto se interpretó como un intento de robo, las cosas se sucedieron tan rápidamente que en la confusión perdí la mano, un cimitarraso certero hizo rodar (bueno más bien cayó de sopetón) mi mano derecha.
Como podrán comprender este hecho avivó mi enojo, pero doy gracias a Mahoma que gracias a este incidente mi mano izquierda se ha desarrollado de una manera increíble, llegando al mismísimo virtuosismo (disculparán la modestia) de llegar a tocar la sonata para cuatro manos de Proshticot, sin que se note la ausencia de las otras tres.
Pero después llegó el colmo cuando casi pierdo un ojo por mirar sin velo (hiyab) los ojos oscuros de una mujer comprometida, el viento levantó la prenda y hasta la penitenciaría fui a dar. Todo esto me llevó a dejar ese país del futuro y decidí regresar a la Patria, la única. Astana, como buena mujer musulmana con abnegación y respeto infinito me ha acompañado.
Actualmente, en este mundo de miserables, me dedico a administrar la riqueza (la de la familia de mi mujer), tenemos dos críos, el primogénito Francisco Omar II, 17 años con 117 kilos de energía (quiere ser luchador de Sumo) y mi princesita Astanaita II, 14 años con 99 kilos (que quiere ser bailarina del vientre). Desgraciadamente no les puedo mandar una foto familiar porque ocupa mucha memoria.
Como se darán cuenta, no me ha ido tan mal, gracias a Mahoma y a la familia de mi amada.
Estoy tratando de convencer a mi mujer para que venga a la reunión, como ustedes podrán comprender no es tan fácil desplazarla.
Saludos.
Estimados compañeros del pasado, entes cibernéticos.
Estaba por enviarles el mail pero al leerlo veo que no he sido lo preciso que me gustaría ser (se lo comenté a mi analista y la sesión me acorraló en la patología de mi evasión).
En verdad nos dejamos sin despidos, pero no me fui a París sino a la UNAM, en la facultad de Ciencias Políticas me enganché con unos compañeros nicaragüenses, bueno más bien con la compañera Sonia, como podrán suponerlo fui a dar a Nicaragua en plena batalla contra la dictadura de Somoza, me tocaron las últimas pataleadas de la oligarquía y casi me hice guerrillero. Luego me enrolé en el Ministerio de la Cultura, produciendo documentales; loas al heroísmo del Frente
Sandinista de Liberación Nacional. Como toda revolución llegó el momento del confort, Sonia me dejó y me enamoré de un bello mulato Josemar.
Si compañeras y compañeros, casi llegando a mis cuarenta primaveras descubrí, algo que estuve negando toda la vida: soy homosexual.
Josemar es de la República Domicana y a esa isla fuimos a dar. En los primeros años, el trabajaba para su gobierno y yo me dediqué a llevar la casa, así fui redescubriendo mi naturaleza de género. Después de casi una década conviviendo con la familia de mi mulato, poco a poco fui convenciéndolo -gracias a los cursos intensivos de feminidad que me dieron mis amigas dominicanas (porque si algo le tengo que reclamar a mi madre es que nunca me enseñó a ser mujer y menos aún a ser una buena esposa)- de venirnos a México.
Ahora tenemos nuestro nido en San Miguel de Allende, no saben lo entusiasmada que me encuentro por nuestro reencuentro para que conozcan a mi enorme mulato. También vive con nosotros mi bebé; Tuffy un bello, inquieto y amoroso animalito que es más que un perro, ya lo conocerán.
Aprovecho y confieso aquí, en un acto de valor insólito, que sin saberlo estuve perdidamente enamorada de varios de mis compañeros, pero permítanme guardar en mi intimidad el secreto eterno de sus nombres.
Chaito
Estimados cibercompañer@s:
Gracias por sus comentarios.
Segundo mail
Mi biorritmo marca 0% en nivel intelectual, 0% en nivel físico y 99% en el nivel emotivo, por lo que es propicio darle seguimiento y seguridades a las reacciones recibidas sobre los derroteros de mi vida (mi analista está de acuerdo, se necesita mucho valor para ir a buscarse en los tiempos perdidos, me dijo tratando de animarme).
Ante este gran desconocimiento, al tratar de escribirme, en el silencio de la mayoría del grupo encuentro confort y comprensión. Una vez más, gracias por su apoyo.
Después de dejarnos sin despedirnos, en el invierno de 1974 caí en una fuerte depresión. Pasé por fastidiosos análisis y sesudos especialistas descubrieron que mi personalidad es multipolar, con déficit de tentación e hiperdesactividad adquirida y para acabarla con dislexia cósmica de nacimiento (que hace ver el universo en un desorden diferente al real) y víctima de un autismo vectorial meco, introspeccionicus agudisis -así lo llaman clínicamente- (mi analista cree que esto
último viene de mis primeros días de vida, al confundir a mi madre con la incubadora) que me había llevado a extraviarme dentro de mi mismo.
Como podrán comprender todo eso no es realmente por mi culpa (y no viene al caso en este momento mencionar, una vez más, la cuestión de las culpas, no vale la pena escribir una palabra más sobre los culpables, ya todos los conocemos: las culpas son de nuestros padres y las de ellos las de nuestros abuelos, así, llega el caso de que las culpabilidades que sufrieron mis abuelos; la causante de su karma, no fue de ellos realmente, sino de mis bisabuelos y qué decir de mis 16 tatarabuelos, de Lucy o del Ardipithecus ramidus, pero no vale la pena insistir, ni hablar o prestarle atención a todo esto).
A pesar de lo conveniente de la hipótesis familiar, llegó el libre albedrío y el diagnóstico se formuló a partir de mi adicción a las drogas, todo lo anterior se debía a que mis diversas personalidades son propensas a las adicciones.
Talvez todo esto pueda explicar el porqué, después de terminar la carrera, como placebo antidepresivo me dediqué a hacer pulseras y collares artesanales (de cuero con piedras energéticas y semipreciosas) estilo hippie, y logré abrir piso con manta comercial en la plaza de Coyoacan.
La venta daba para lo básico y un poco más, lo que propició que por mis manos y atribulado cuerpo corrieran ríos de drogas (antes de continuar con el relato quiero adelantarles y asegurarles que llevo 13 años, 2 meses, 8 días y 14 horas con 27 minutos limpio).
La sociabilidad de la coca me llevó a juntarme con el Paste, el Paste me conectó con el Ducha y el Pocho, el Ducha que era colombiano me presento al Fito y a la Mariana, y fue el Fito el que me llevó al Cartel.
De mini me convertí en gran distribuidor, el negocio progresó y mi aceptación fue tal que fui a dar a la campaña política del candidato de Escobar a la presidencia de Colombia.
Ya asentado chévere en ese país, por fin apliqué mis conocimientos de CTI; me encargué de la imagen de algunos de los jefes y colaboré en campañas políticas de allegados –por seguridad omito darles los nombres.
Como ustedes lo saben, ese tipo de vida a nada bueno me podía llevar, pero algunas de mis personalidades no entendieron esto y me abismaron a los excesos; demasiadas fiestas, demasiado sexo, demasiadas drogas, demasiada comida y televisión; mi cuerpo se demasió, reventó y se me desfondó la vida.
Afortunadamente en la agonía de mi oscuridad colombina, pude encontrar algo muy valioso entre los nudos de mis yos: Si te caes seis veces levántate siete, rebotó en mi mente el precepto oriental. En la vibración de la onda que se provocó, comprendí que el hombre se condena a sí mismo al apegarse al cuerpo,
a lo material pues. Al convencerme de ello, emprendí el retorno a la inseparable unidad con la Inmanencia Divina.
Salí huyendo y gracias al doble fondo de mis maletas fundé un Asram, donde vivo actualmente.
Por medio del yoga y la meditación he logrado en estos últimos años estar en sintonía con la Vibración Cósmica. El camino es la meta, la abstinencia es absoluta, me estoy despidiendo de todo lo material, de mi yo humano, canalizando todas mis energías en la marcha irrestricta de mi asimilación al Uno Cósmico.
Que la Voluntad y la Fuerza Vibratoria estén también con ustedes.
Tercer mail
Estimados cibercompañer@s ceteistas:
Antes que llegue la terca,
el punto final con su anticipo y lo inconcluso...
Muchísimas gracias a todos los que me han comunicado sus pensamientos, emociones y análisis sobre los avatares al interior de mi vida; a los que han guardado silencio también les envío mi agradecimiento (las sesiones de analista que me estoy ahorrando con este ejercicio me animan a dar el siguiente paso).
La tarea es darle su lugar a lo sensorial, abrir el coco de la razón para que se chorrié el jugo emocional, que al parecer es la sustancia del alma.
Debo primero pedir sinceras disculpas a quienes haya ofendido, seguramente a varios. Si ya se les había olvidado que se olvidaron, de todas formas disculpas por cualquier agravio.
“El optimismo es una fuerza mágica que mueve a la voluntad en la liberación de nuestras almas” dice insistentemente mi analista en sus alturas de gurú. Si esto es así, les solicito un poco de su tiempo, su paciencia y lean este último envío antes de nuestro reencuentro cercano de todos los tipos, después de tantos años guardados en nuestros recuerdos.
Tengo que abrir mi corazón y decirles que les he estado mintiendo (y no), sobre lo que ha sido de mi vida, de 1974 en adelante.
Después de dejarnos sin despedirnos, en esos tiempos juveniles en que la Patria iba “arriba y adelante” entré a trabajar en la Secretaría de Gobernación como analista de prensa; cotidianamente en el mar de información tenía que detectar aquella que pudiese representar una amenaza para la Nación. Todos los días mis reportes llegaban a los poderes iluminados que daban forma al presente y futuro de la Patria: Doña Esther, el grupo de danza folclórica del INBA, las tevés, las cámaras, Fidel Velazquez y algunos otros gorriones que son pilares de nuestra democracia. Esa labor fue arrobando mi cariño por el país.
Me promocionaron en el sexenio de López Porpillo como subjefe del departamento, así, desde una posición más importante enviaba los reportes de prensa al Olimpo Nacional: La mamá difunta, la hermana y la esposa del Tlatoani, Sor Juana Inés de la Cruz, Rosa Luz Alegría y los de siempre.
En el sexenio del Hombre Gris (código secreto con el que se nombraba al preciso) fui promovido a la dirección del departamento de la Renovación Moral. Mi tarea se mantuvo en el análisis de la información generada en el país a fin de detectar -y reportar- toda aquella que pudiese representar una amenaza para el desarrollo Moral de todos nosotros (me pongo a pensar y me aterra visualizar en dónde estaríamos ahora -en corrupción, violencia o en otras tantas atrocidades-, si en ese tiempo no se hubieran tomado las acciones atinadas que se ejecutaron), los reportes los enviaba a los poderes patrios: la esposa, el párroco que la confesaba, la directora del Colegio de las Margaritas Descalzas y los de siempre.
Con el Chupacabras (código ultra secreto con el que se nombraba al presidente) se me dio la oportunidad de dar un salto más en mi carrera ascendente de soldado de la Nación: entré al CISEN (ustedes saben, Centro de Investigación y Seguridad Nacional). En un ambiente global y de apertura inicié labores internacionales; facilitar a todos los países que lo requiriesen -y a los demás también- información estratégica y clasificada a fin de facilitarles su intervención, y en lo interno; colaboré en la conformación científica del perfil sociopsicologicoemocional de los enemigos de la Patria, a saber: en ese tiempo más de cuarenta millones de pobres, de la especie mexicanis populushuevonis, gente floja que se encuentra al acecho y que sin mérito alguno pretenden el poder del bienestar en una flagrante ofensa a las buenas costumbres, al orden y al ornato. Toda la información de inteligencia se enviaba a los altos mandos nacionales: las amantes del preciso, sus hermanos, TelWallStreetFMIBM, Caro Quintero, el Cartel de Juárez y los de siempre.
La suerte quiso que en el sexenio de Zedillín mi vida diera otro vuelco insospechado: fui seleccionado secretamente para a ser un espía secreto de los no conocidos Servicios Secretos (confío que puedan guardar en secreto todo esto). Esta nueva etapa de mi vida fue como un renacimiento; un proceso que requirió desaprender todo lo adquirido y practicar nuevas artes y habilidades: manejar aviones, helicópteros y autos deportivos, ser atractivo cálido y frío ante las mujeres bellas y seductoras; pasé horas de infatigables conocimientos en el manejo de las modernas tecnologías de espionaje nacionales (por cierto secretas),
llegué a la excelencia en la manipulación de todo tipo de armas y artes marciales... es así compañeras y compañeros que me convertí en un hombre peligroso.
Con el VaBotas (como podrán suponerlo, código del presidente), durmiendo en la casita Martita ordenó no analizar más ya la presa y dedicarse a las encuestas. Me ascendieron para convertirme en el agente ultrarecontrasecreto Hombre Águila cuatro conejo.
La fortuna me llevó secretamente al frente internacional. Recontrainteligencia tenía un análisis claro y preciso de la situación: aunque ustedes no puedan imaginárselo y hayan dormido plácidamente sin saber del gran peligro que asechaba a la Patria en esos años, pero ya no- se estaba consolidando el eje expansionista de Luxemburgo-San Marino-Andorra, y teníamos conocimiento que Liechestein estaba tentado a unírseles. La información de los servicios secretos de nuestros aliados confirmaban el hecho; pretendían invadir, tomar el territorio y expulsar a todos los mexicanos (a los buenos y los malos también).
Se decidió que debíamos infiltrarnos en las filas del enemigo y se me envió en misión ultra secreta a Vaduz para realizar acciones de sabotaje. De todo ello no tengo autorización para dar más detalles ya que es información ultrasecretamente inreclasificada, solamente les puedo decir que logramos el éxito gracias a un bombardeo quirúrgico de amibiasis y salmonelosis que el enemigo no pudo soportar. Fue así que secretamente fui reconocido como un héroe secreto. Recibí humildemente la condecoración del Águila Mocha; Felipillo de Jesús del Sagrado Corazón elegantemente vestido de militar -acompañado por su esposa y el Papa-, me la prendió en el corazón.
Ahora me encuentro como un héroe anónimo viviendo felizmente -y también no... y tampoco si- en un rincón de Guanajuato, entre fantasmas del pasado y del presente. Me sueño activo con ilusiones de logros y fracasos, me sueño como una persona privilegiada, soñando estar casado con una excepcional mujer, hermosísima, sensible e inteligente, que en mis labios de deseos se llama Doris Tengo la ilusión de que la amo apasionadamente y que ella tampoco. En mi vigilia, tengo también la ilusión de procrear con ella el milagro de tres corderillos, ahora duendes inquietos: Natalia, Nicolás y Matías, que como apéndices se nos están desprendiendo dulce y dolidamente de nuestro cuerpo. En este sueño me ha ido bien y me ha ido mal, me ha ido por supuesto todo lo contrario, he sufrido ausencias y gozado encuentros, a ratos me pierdo pero re trato de re encontrarme nuevo y a veces en este sueño también tengo la ilusión de que los veré con muchísimo gusto y de que el tiempo escrito nos rejuvenece.
Un afectuoso abrazo.